El diseño exterior de una tienda actúa en los clientes como un elemento de atracción y como determinante de sus percepciones, actitudes y comportamientos. La fachada es el primer contacto del cliente con el establecimiento comercial. Si la primera impresión es buena, se consigue que el viandante se detenga y entre. Que sepan donde estás, que te vean, que se acerquen y que pasen al interior es fundamental para incrementar las ventas y la rentabilidad de tu negocio.
«No hay una 2ª oportunidad para una primera buena impresión»